miércoles, 1 de julio de 2009

Ya somos el olvido que seremos



Este soneto se le atribuye a Borges, en un supuesto descubrimiento reciente de su existencia. No sé si será o no así, pero si no lo es, sabe captar con total sabiduría dos de los tópicos borgianos más importantes, con una precisión formal digna del gran Jorge Luis: el tiempo y el olvido.



Ya somos el olvido que seremos.


El polvo elemental que nos ignora


y que fue el rojo Adán y que es ahora


todos los hombres y que no veremos.



Ya somos en la tumba las dos fechas


del principio y del término, la caja,


la obscena corrupción y la mortaja,


los ritos de la muerte y las endechas.



No soy el insensato que se aferra


al mágico sonido de su nombre;


pienso con esperanza en aquel hombre



que no sabrá que fui sobre la tierra.


Bajo el indiferente azul del cielo


esta meditación es un consuelo.