domingo, 12 de septiembre de 2010

Música Mágica y Misteriosa en La Lupa




El pasado sábado, sobre las 20.30 hs., la librería La Lupa, de la peatonal Bacacay, terminaba de inundarse con los últimos tapados de piel, perfumes, cremas y emplastos de las señoras emperifolladas para ver Barro Negro, ese espectáculo que hace ya siglos que funciona. Mientras esperaban sus entradas, escuchaban los acordes de La Morsa era Paul, que probaba la ubicación de sus instrumentos para el toque de más tarde. Alguno hasta se entusiasmó con las versiones de los más viejos temas de los Rolling Stones.
Ya sobre las 22.00 hs., las vestimentas, las caras y los corazones cambiaron. En medio de la penumbra, y con mucha gente sentada sobre el fieltro de la librería, el escenario que antes fue (y después será) mostrador, se llenó de acordes guitarreros y armonías vocales con Vincent Vega. Quedó de manifiesto la profunda comunicación que existe entre estos dos chicos, que cantaban ensamblados y al mismo tiempo cada uno en su mundo, canciones sobre soledad, melancolía y amores perdidos. El público, concentrado, llenó de reflexiones cada uno de los silencios entre las canciones de Vincent.
Luego llegó el turno de La Morsa era Paul, que hacía casi un año que no tocaba en vivo, aunque nunca dejó de celebrar el rito de todos los jueves en Henry's room. Las canciones fluyeron como agua de río que va hacia el mar. Folk, indie, bossa, canción beatle, el kinto, todo tuvo su lugar y su tiempo. El Nando no pudo evitar las lágrimas sobre el último y conmovedor "El árbol que creció del otro lado del jardín", y la noche se cerró con un poco más de música, y paz para todos.

Un abrazo para Alejandro y su gente, de La Lupa. También a Andrea que colaboró para que todo fuera lo fue. Además, parece que este toque y los que vendrán se convertirán en un disco. Para los que piensan que no se pueden hacer cosas.

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